domingo, 2 de marzo de 2014

La alegría del breslover jasid



B"H

Una de las columnas que sostienen el servicio de Hashem y lo potencian es la alegría. La alegría en Breslev no solo se necesita para poder mantenerse de pie frente al desafío de cada día, sino que, también nos enseña Rabí Najman, es de carácter obligatoria. Sólo con alegría es posible ser un buen iehudí como Hashem manda y de lo contrario, la falta de esta, lo lleva a caer en terribles desgracias, profundizar los viejos problemas y lo lleva grandes pecados. Por ejemplo, al acontecer a la persona un evento amargo, debe fortalecerse con fe, emuna, de que todo es para bien y coronar la situación con alegría. Si no lo hace, el acontecimiento amargo correrá tras él como está escrito en Sefer Hamidot (Atzvus-34) "Todo el que se lleva por su sufrimiento demasiado, el sufrimiento sigue detrás de él."

¿Qué es la "verdadera alegría"?

Muchas veces, vulgarmente denominamos alegría a lo que en las que verdaderamente deberíamos tachar de frivolidad.
¿Cuál es la diferencia entre alegría y frivolidad?
Muy simple, alegría siempre debe llevar a la persona a un estado de apego y conexión el Creador. Una persona alegre, es la que está satisfecha con su situación y de su suerte y agradece a Hashem por todo el bien que Él le da.

La frivolidad es lo contrario. Esta aparta el corazón de Hashem y revuelca a la persona por todo tipo de barro y mugre, llenando su corazón de pasiones efímeras, las que quitan al hombre de este mundo como dicen nuestros Sabios (Avot Cap 2, Mishna 16) "Rabí Iehoshúa dice: El mal ojo (envidia), el mal instinto (las pasiones y deseos negativos) y el odio a las criaturas quitan al hombre de este mundo"

Por ejemplo, una persona de bien se llena de alegría cuando tiene la posibilidad de cumplir una mitzva, como ser el ayudar a un amigo en una situación apremiante.

Un frívolo, se divierte cuando se sienta con sus compinches a rebajar a otras personas que ni siquiera están presentes, cayendo en pecados como Lashon Hará (maledicencia), Rejilut (chismorreo) las que estas derivan en muchísimas más. Arruinan la imagen de un tercero y se dañan a si mismos, pues Hashem no deja cavo suelto, y toda piedra que el hombre lanza en contra de su prójimo, cuanto menos lo espera, le vuelve.

Como vemos, la alegría lo acerca a Hashem y al propósito por el cuál lo puso en este mundo y la frivolidad lo aparta.

El jidush de Rabí Najman.

El Baal Shemtov, fundador del movimiento jasídico, bisabuelo del Rebe, difundió la idea en el mundo judío de que Hashem desea que la persona lo sirva con alegría. Hashem no quiere que el hombre esté triste y persiguiéndose a sí mismo. Pues muy común era, en aquella época, aquellos que creían que estando amargados y tristes haciendo toda serie de actos auto mortificantes expiarían por sus pecados.

El movimiento jasídico sostuvo lo opuesto. Hashem desea el corazón del hombre y Compasivo es Él "que no desea la muerte del malvado, sino que vuelva de su camino y viva" (Tehilim). Además, nos enseño el Baal Shemtov, que Hashem desea que se lo sirva con alegría dijo David Hamelej (Tehilim 100:2) "Sirvan a Hashem con ALEGRÍA.."

La renovación del Rebe en esta área es que, no solo se debe cumplir las mitzvot con alegría, sino que la alegría en sí misma es una gran mitzva  (Likutey Moharan 24) "Es una gran mitzva estar con alegría siempre. Y se necesita fortalecerse mucho con todas las fuerzas para alejar la tristeza y depresión y estar siempre únicamente feliz y esto es la cura para todo tipo de enfermedad. Pues todo tipo de enfermedad viene de la tristeza y depresión y se requiere alegrarse con todo tipo de consejos, en su mayoría, a través de acciones tontas específicamente."

Como vemos, la alegría lo eleva a uno y lo lleva a planos mucho mas elevados. Con alegría uno puede curarse, puede pensar claramente para solucionar sus problemas. Con alegría puede el hombre pedir a Hashem que lo ayude y lo guíe por el camino correcto como Él quiere.

La persona triste, solo pierde. Todo a su derredor es oscuro y amargo. No logra salir de sus problemas y esos se agudizan.
El hombre al estar triste, con su actitud se revela contra Hashem y le reclama, se queja contra Él, como si se le debiera algo. Entonses, como a Hashem no le gusta ser deudor de nadie, en el Cielo se abren los libros de cuentas de esa persona para examinar si en verdad sus cuestionamientos tienen alguna base, dejando al descubierto que en verdad él es el único deudor y que Hashem hasta ahora a actuado con bondad con él y por debajo de lo que el juicio pide.
Entonces el juicio estricto que es celoso del honor del Creador se levanta y pide juicio contra el blasfemador.

En conclusión, la persona debe fortalecerse con todas sus fuerzas para estar siempre feliz, rezarle a Hashem y pedirle que lo ayude a no sucumbir bajo el consejo del mal instinto y estar siempre y únicamente feliz.





 

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